lunes, 10 de noviembre de 2008

La canción más hermosa del mundo



Y aunque es mucho más hermosa con Pablito Milanés, el niño Chaplin le aporta mucho.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Verde, rojo.. da igual

Fue por culpa de un papel.
Y por culpa de una boca demasiado grande, o dos.
La amistad tiene el mismo valor que un sucio pedazo de celulosa pintada.
Se se pierde esa celulosa, se pone en duda esa amistad.
¿Es normal que subordinemos nuestras vidas a los papeles legales, y no a las sonrisas, a los sentimientos?
¿Es normal que un mismo papel pueda hacer reir, vivir, y a la vez sufrir, llorar, matar...?
Hay que quemar ese papel, hay que quemar todo el papel que pretenda tener más valor que el suyo propio.
Hay que quemar todos los papeles que no sirvan para escribir, que no sirvan para leer.
No quiero papeles que impongan valor a cosas externas a ellas mismas.
No quiero papeles muertos que valgan más que la gente viva.

martes, 21 de octubre de 2008

5.000.000.000

En un día del año 1987 nació el niño Cinco Mil Millones. Vino sin etiqueta, así que podía ser negro, blanco, amarillo, etc. Muchos países, en ese día eligieron al azar un niño Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto.

Sin embargo, el verdadero niño Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energías para su primer llanto. Mucho antes de nacer ya tenía hambre. Un hambre atroz. Un hambre vieja. Cuando por fin movió sus dedos, éstos tocaron tierra seca. Cuarteada y seca. Tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas. También con el esqueleto del niño 4,999,999,999.

El verdadero niño Cinco Mil Millones tenía hambre y sed, pero su madre tenía más hambre y más sed y sus pechos oscuros eran como tierra exahusta. Junto a ella, el abuelo del niño tenía hambre y sed más antiguas aún y ya no encontraba en si mismo ganas de pensar o creer.

Una semana después el niño Cinco Mil Millones era un minúsculo esqueleto y en consecuencia disminuyó en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado.



Mario Benedetti

lunes, 20 de octubre de 2008

Cuba es...

Cuba es luz dorada al atardecer en casa de Chachi.
Cuba es el ruido chirriante de sus mecedoras que miran nostálgicamente por una ventana llena de vida.
Cuba es el humo azul y resbaladizo de un Criollo.
Cuba es mi río lleno de algas suaves y resbaladizas, y niños que saltan, y locos que tiran piedras.
Cuba es aquellos chamaquitos descamisados sonriendo y gritando entre los charcos de la calle.
Cuba es correr bajo el aguacero de mediodía después de una mañana sofocante.
Cuba es piel pegajosa de tanta gozadera, de tanta caminadera bajo el sol.
Cuba es una máquina del 50 que sirve ahora de guaguita por 20 pesos.
Cuba es un camioncito de ganado humano embutido que canta "No woman, no cry..."
Cuba es calentar agua para bañarte con un cubo azul.
Cuba es un arrocito con frijoles y platanito dulce.
Cuba es un busto de Martí en el portal de una casa.
Cuba es caminar sobre charcos de agua hirviendo.
Cuba es un enrejado de volutas, de flores, de corazones.
Cuba es una casita colonial pintada en colores chillones, un piso despintado, uno sin pintar.
Cuba es un niño que baila reggaeton con su abuela y una yuma que se integra.
Cuba es salsa a todo meter por la mañana.
Cuba es la piel pegada a las sábanas, es despertar por la mañana con una sonrisa pegajosa, a veces una mueca fría.
Cuba es una licra sudada, un calentito... una canción trovada.
Cuba es el chucho burlón, la risa que no se oculta.
Cuba es un vendedor de ¡¡chicle-menta, chamarritos, rico maní!!"
Cuba es un mulato jabao en su bici taxi paseando a los yumas por la calles de la Habana.
Cuba es este bolígrafo resbalandose por mis dedos.
Cuba es un trago de ron malo en una botella de Havana Club, una cremita en la casa de al lado (Marianado).
Cuba es un trabajador con un sueldo de 20 $, y un turísta que gasta 40 en una noche.
Cuba es arena y mar cálido.
Cuba es bajocostos en la playa y pan con queso por dos pesos.
Cuba es satería, mulatos salsosos, mareas lloradas.
Cuba es un pescador sin caña en el Malecón grasiento, con el Morro de testigo y Yemayá en calma.
Cuba es la que pare un corazón y las tripas, la que aguanta y canta.

martes, 14 de octubre de 2008

Donde tu estés

Buenos días, mami:
Bueno, si acaso allá es de día ¿Allá-tan-Lejos hay sol? Aquí sí, hoy hay un sol chillón que me quema la nariz. Tú ya sabes, mamita, el sol de siempre. Deberías venir, para que miremos juntos el sol en el banquito del techo. Papá me dijo que donde tú estás se ve el mismo sol que yo veo aquí. Así que mientras llegas, también podemos mirar el sol, juntos y lejos: yo acá en el techito y tu Allá-Lejos.

Ayer tu hija Alicia y yo estuvimos mirando el sol en el techito, y me acordé de ti. Bueno, siempre me acuerdo de ti. Me acuerdo cuando me perseguías por la casa llamándome chanchito porque yo no me quería bañar, entonces yo corría y corría, y tú no me alcanzabas en mucho rato. Y cuando me agarrabas me metías rápido en la ponchera. Y entonces el agua se quedaba tan marrón que yo creía que era un niño de chocolate que se derretía con el agua (por eso es que no me gustaba bañarme). Y, aunque al final siempre me bañabas, yo era muy rápido. Ahora soy un poco menos rápido porque tú no corres detrás de mí, el que me persigue es el Edgar, y él siempre me atrapa en seguida. Pero también es porque él tiene un año más que yo. Tú cuando me perseguías tenías muchos más que yo, pero claro, tú eres mi mamá.

Mi amigo Edgar me llevó el otro día a un río que yo no había visto, es muy lindo, tiene unas vainitas muy raras flotando sobre el agua. El dice que es por la grasa y la porquería de las casas. Yo le dije que no creo que eso sea porquería porque si no la gente no bebería agua de ahí. Yo no bebo agua de ahí porque me gusta más mirarla, sobre todo cuando el sol se le refleja y lo que Edgar dice que es la grasa se pone de muchos colores bonitos. Es algo así como muchos arcoirises de agua. Edgar dice que ahí va mucha gente a bañarse entre la porquería y a tomar agua porque no trabajan nunca y tienen que comer basura. Edgar tampoco trabaja porque es pequeño pero dice que su papá tiene muchas empresas, y que él sí trabaja mucho y por eso el no tienen que beber agua sucia. Yo no sé que es eso de empresas, pero si sé que es presa. La mamá de Edgar, por ejemplo, está presa. Ella no quería a su papá, y se fue con otro hombre que era un malandro, y que la metió en problemas de políticas. Por eso los metieron presos a los dos. O eso es lo que Edgar me dijo ayer, porque se lo conté a papá y él me dijo que la mamá de Edgar y su novio malandro no eran malos. Me dijo que ellos sólo querían que la gente no tuviera que tomarse esa agua sucia, pero que los empresarios no quieren y les dicen que beban agua sucia porque ellos quieren el agua limpia solo para ellos y sus amigos.

Papá siempre me cuenta cosas, el sabe que yo soy pequeño, pero sabe que yo sé entenderlo. Papá sabe muchas cosas, casi tantas como tú, mamá. Entonces él me las dice, y así las sabemos los dos. Por ejemplo, papá y yo sabemos que tú quieres venirte con nosotros. Pero también sabemos que tú no puedes hacer eso porque que tienes que trabajar. Sabemos que trabajas todo el día, papá también trabaja mucho, pero sabemos que eso no nos alcanza. Sabemos que tú tienes que mandar plata para que nosotros comamos y para que tu hija Alicia estudie y sea tan inteligente que cambie el mundo y entonces tú puedas venir. Sabemos que el señor de tu trabajo no te pagó el último mes y por eso papá tuvo que trabajar mucho más y yo le tuve que pedir comida a mi amigo Edgar para nosotros (bueno, eso sólo lo sé yo porque si se lo digo a papá me dice que no quiere nada de esa gente). Sabemos también que la señora dueña de la casa vino ayer por la mañana para decirle a papá que si no nos vamos, va a venir con la policía para que nos saquen. Papá paga siempre el alquiler, pero sabemos que ella quiere rompernos el sucucho para hacer otro y venderlo más caro. Por eso papá y yo sabemos que tenemos que irnos. Y sabemos que si nos vamos tendremos que vivir en el río de los arcoirises. Como dice papá, sabemos tanto, que sabemos a mierda.

Mamá, aunque tengamos que irnos, yo solo me iré cuando tu vengas, porque si tu vienes y yo ya me fui ¿Cómo me vas a encontrar? Mamá, aunque la plata no alcance te tienes que venir. Papá siempre dice que las cosas van a cambiar, que las cosas están cambiando. Que el pueblo está arrecho, y que por eso pronto te vas a poder venir. Pero ¿y si antes de que vengas nos tenemos que ir del rancho? ¿Cómo me vas a encontrar, mamá? Ojalá que la arrechera de la gente sirva y haga que las cosas cambien, mamá. Yo no estoy arrecho, yo solo estoy triste. Pero si para que vuelvas
me tengo que arrechar, lo voy a hacer, mamita, me voy a arrechar.

Yo te cuento muchas cosas, pero yo no sé si tú vas a leer este papelito. Tu hija Alicia me dijo que no te podía escribir porque dice que “escribir es el lujo de los bien abastecidos”. Pero yo no le creo, porque yo no creo que escribirte para decirte que te quiero mucho sea un lujo. Además, tampoco sé que es abastecidos, así no le voy a hacer caso. Tu hija Alicia se porta bien conmigo, pero es un poco fastidiosa. Sé que ella también te quiere mucho, pero le da celos que yo te escriba y por eso me dice eso de los abastecidos. Mamá, aunque tú no vayas a leer nunca esta carta, porque aquí no hay correos cerca, yo sé que tu miras el mismo sol que yo. Y eso es como si tú leyeras lo que te digo porque el sol alumbra esta carta y te cuenta lo que yo pongo. Sí, mamita, nuestro sol te ilumina tus ojitos y te lleva mis mensajes para Allá-Lejos, donde tú estás. De donde tú volverás.

Gabriel

viernes, 10 de octubre de 2008

Y desde aquí, tu aún eres


Y desde aquí, tú aún eres…
Tú eres el abrazo de mis rodillas
Tú eres un suspiro en mi vigilia
Tú eres mi mirada hacia adentro
Tú eres un latido aquí en mi centro
Tú eres el asma de mi insomnio
Tú eres la caricia de mis manos
Y mi canción melancólica, también eres
Tu eres la tos de mi catarro
Y las nubes fluorescentes de mi sueño
Y los papeles en blanco, si aún me quieres
Tu eres la sonrisa de mi llanto
Tú eres la vida que no canto,
y si casualmente la canto,
todavía siempre eres.


17 de Julio, 2008

sábado, 26 de abril de 2008

*

¿Qué grupo elijes? : Silvio Rodriguez
¿Eres hombre o mujer? : Óleo de una mujer con sombrero
Descríbete : Ando como hormiguita
¿Qué piensan algunas personas de ti? : Nunca he creído que alguien me odia.
¿Qué piensas de ti mismo? : Me quieren
Describe a tu ex : Monólogo
Describe a tu pareja actual (si no tienes déjalo en blanco) : El rey de las flores
Describe dónde te gustaría estar : En el claro de la luna
Describe qué te gustaría ser : Mariposas
Describe cómo vives : Por muchos lugares
Describe qué amas : Madre
Di unas palabras sabias: El sol no da de beber

viernes, 4 de abril de 2008

Qómo se fisolófa una ruptura

Mira me oyiste niña entontinada, yo no me siento culpabiloso de tus desdichas ni de tus entredichas predicsiones, si desidiste henamorarte de un amoramiento que no ecsitía haya tu, aora nomás te toca desenamorarte de la no ecsistensia o sin tanbiem puedes hecharle la qulpa a tu imajinasion y botarla y destrosinarla en la basurílida.
Pero ólleme: ten qüidado con lo qe botas porqe luego halomejor te harrepientes y, desdensiosamente, desides volber adetras para poder intentar rekuperar los requerdos partidos qe sensuró tu vasurero interior. Entonses puede pasar qe qieras, y reqieras, enconseguir la himajinasion qe te ebita tener renqores para con el mundo. Y aunqe no me kreas, deves saver qe dentro de la himajinasion, está la posibilitasion, qe biene a ser lo que la hilusion, pero la qe es intrascendiential. Es dicir, la ilusión qomún qe nos alluda a la endespertasión del espiritu avurrido y tiste tan qomún en nuestra naturalquerosa monotontonía, que además de susia esa agóniqa.

miércoles, 6 de febrero de 2008

La vida no es más que palabras

Las palabras pueden decir tanto, y tantos sinsentidos sin realmente llegar a comunicar nada cierto... Sin llegar a expresar nada de la realidad. Porque ¿podemos acaso percibir qué es real? ¿Sabe alguien si realmente su vida es verdadera? ¿O es que creamos nuestra realidad a base de palabras que alguna vez aprendimos sin querer? ¿Es este conjunto de letras algo legible y universal? ¿Podría alguien existir, o suponer su existencia, si nunca llegara a aprender qué son las palabras? O mejor ¿Podemos ser, y hablar de ello, sin saber hablar? Al fin y al cabo ¿qué somos si no lo que nos imponemos ser mediante palabras?

No somos nada. Nada. Absolutamente nada. Pero ese vacío de ser es el que nos sirve para crear nuestra existencia e inventar -como si de un cuento se tratara- nuestra vida, o lo que llamamos vivir. ¿Somos realmente lo que recordamos y lo que nos muestran los espejos? Hemos decidido pensar que sí. Pero, si nuestros recuerdos son nuestro pasado, y el pasado no existe sino en ellos ¿Somos algo más que un pasado manipulado por nuestras propia consciencia? ¿O es que somos presente? ¿Es posible ser presente cuando sabemos que este también se convertirá en pasado, en recuerdos, en nada? Somos nada, y somos vacío que se completa y se llena con palabras sugidas de más vacío aún.

¿Es que algo puede surgir del vacío? Todo parece indicar que sí. Y es por esto que al fin concluyo que el vacío está lleno de cosas: lleno de palabras sin fondo. Porque eso es lo que somos, palabras. O quizá sea al contrario, las palabras nos inventan. Con las palabras podemos crear absurdos o intentar crear realidades lógicas. A pesar de que estas últimas puedan ser más absurdas que el absurdo mismo.

¿Y a quién le molesta un absurdo? El papel lo aguanta todo.

martes, 5 de febrero de 2008

- ¡Alégrate!

- ¿Por qué he de alegrarme?
- Porque tu y yo somos la misma partícula en distintos lugares...
- ...y solo falta hacernos coincidir para que seamos una partícula feliz.

sábado, 2 de febrero de 2008

Silvio dicit

"- ¿A qué le debes todo?
- A la revolución.
- ¿Y al amor?
- Claro, eso es una redundancia. "


Como ya dijero una vez nuestros amigos los Escarabejos, todo lo que necesitamos es amor. Pero ¿qué es el amor cuando se convierte en egoísmo y pasividad? El mejor de los amores, es el amor al cambio positivo. Una vez patente en nuestros corazones la capacidad de mejorarnos, a nosotros y a nuestro alrededor, podemos hablar de amor.

El estancamiento solo produce mounstros.

martes, 29 de enero de 2008

Estrellas retinales

Las estrellas de mi retina me dicen que esté atenta. Me dicen que las escuche. Me obligan a mirarlas. Deslizandose bajo a luz cálida, compíten con el resto de moléculas quea mis ojos se hacen invisibles. Así fue como empezó: cuando mis ojos y dedos intentaban captar una sucia estrella de tinta negra, las de mi retina quisieron rebelarse. Y se revelaron ante la opacidad de las partículas invisibles a mis ojos incapacitados.
Se dice que las estrellas retinales aparecen cuando las deseas, en el momento justo en que empiezas a visualuzarlas a través de un papel rayado con un bolígrafo barato.

El destello de estas estrellas es intenso, más no expansivo. Su aparición es favorecida por un desenfoque visual de todo lo visible. Las pequeñas motas de luz fugaz siempre son visibles, especialmente si se sienten observadas y si se ignora la realidad. Las haditas siempre están dispuestas a mostrarse, siempre y cuando, una pupila aparte a un segundo e insignificante plano la luz de los objetos ásperos que eclipsan su pequeño, que no débil, resplandor sideral.

jueves, 10 de enero de 2008

Baile final

- Y ahora, Señor Viento ¿me concede este baile?
No esperé un respuesta, instantáneamente sentí elevarme, ayudada de un silbido juguetón. Poco después me hallaba a seis metros sobre las nubes, justo encima de un mar sublime y colorido. Desde ahí pude ver submarinos negros, grises y marrones bajo el agua, algunos se asomaban a la superficie. Era mentira eso de que existían submarinos amarillos. Al menos lo era en el mundo real. En este mundo, casi ajeno a mí, solo habían submarinos de investigación estrictamente científica, con motivos bélicos y para fines financieros (o financiosos, quién sabe). Aunque estaba segura de que en alguna parte existiría un submarino amarillo de verdad, un submarino con todo lo que conlleva ser un verdadero submarino que viaja acompañado de amigos, bajo agua verde y cielos azules.

El señor viento me seguía guiando con extremada delicadeza, pero a su vez firmemente y sin dejar un atisbo de inseguridad a mi vuelo. Casi estaba anocheciendo, pero aún se podían vislumbrar destellos violetas escapando por el horizonte. ¿A donde iban con tanta prisa? El Señor Céfiro (así me dijo que se llamaba) pareció leer mis pensamientos, pues la suave brisa que me mecía se transformó en una ráfaga brutal. La velocidad que alcanzamos era tan grande que mis ojos, ahora achinados, apenas lograban ver nada. Aunque esto no era para nada incómodo, era más bien hipnotizante, encantador, increíble, prodigioso, fastuoso, magnificentísimo, genialífico... ¿Cómo explicarlo? El señor viento me rodeaba y me hacía girar, saltar... llorar. Eran las lágrimas más cálidas que recordaba sentir sobre mis mejillas. Pero no eran lágrimas mías, y tampoco eran del viento, eran lágrimas compartidas. Nuestras lágrimas felices. El viento lloraba a través de mis ojos. Y reía desde mis labios. Mis mechones de pelo enredado se estallaban cariñosamente contra mi nariz. Pero no sentía ningún dolor, pues sabía que ahora el viento formaba parte de mí, y viceversa: yo era viento. Yo era brisa, era ráfaga, era aire y también era movimiento. Éramos, simplemente. Éramos y por eso yo volaba. Éramos y por eso mismo, él sentía. Volábamos y éramos felices. Llorábamos e inundábamos el mundo de nuestra magia aguada.

Abrazados a nosotros mismos, seguimos meciéndonos entre las nubes, ahora más suavemente. Por primera vez en mucho tiempo abrimos los ojos. Observamos que los destellos, antes violetas, que íbamos siguiendo desde hacía un rato habían empezado a tornarse de un color azul oscuro y profundo. En medio de aquella penumbra áspera pudimos ver, en lo más alto del cielo, un punto blanco con tenues pinceladas añiles, que teñía la noche de suave nostalgia, iluminando los rincones más profundos de la vida.
- Veniamos siguiendo aquellos destellos rojiazules, pero parece que nos ganan en velocidad -musitó mi parte voladora, deteniéndose desilusionada.
Entonces pudimos distinguir, más atrás de la línea infinita del horizonte, una enorme masa gris, negruzca, amarronada y de nosecuantos horribles matices más extendiéndose con cruel parsimonia por el cielo azul. Quebrando, a cada instante, un pedazo más de la suavidad de nuestro techo, antes estrellado. Vaciándolo todo de esperanza.
- Parece humo... -sonó una voz ronca, para entonces mi desconocida.
Pronto me di cuenta de que era mi voz, la voz de quien podía hablar; la voz de quién en algún momento pudo volar, y sentir. Es por eso que la voz del viento, la de quien no podía hablar, no hizo acto de presencia. Es más, deje de sentirme viento un instante después de haber pronuciado la palabra humo.

Caí lentamente durante mucho tiempo, tanto, que me quedé dormida mientras la magia del vuelo me abandonaba con tristeza. Al despertar abrí estos ojos, a mi pesar, ahora solo míos. Estaba tirada en medio de una carretera grisácea, perfectamente asfaltada. No había nadie a mi alrededor, en el ambiente se sentía una calma imperturbable y desgarradora. Ni la más mínima mota de polvo se movía. A mi lado yacía un submarino del que se podían intuir retazos de pintura amarilla bajo la herrumbre que lo enolvía. Me quedé tumbada de lado sobre el seco asfalto, mirando de reojo mi esperanza amarilla.

Mi mundo agonizaba. El baile había terminado.

jueves, 3 de enero de 2008

Lucecita

El fin de año huele a compras,
enhorabuenas y postales
con votos de renovación;
y yo que sé del otro mundo
que pide vida en los portales,
me doy a hacer una canción.
La gente luce estar de acuerdo,
maravillosamente todo
parece afín al celebrar.
Unos festejan sus millones,
otros la camisita limpia
y hay quien no sabe qué es brindar.

Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego,
que no tienes ninguna.

Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.

Tener no es signo de malvado
y no tener tampoco es prueba
de que acompañe la virtud;
pero el que nace bien parado,
en procurarse lo que anhela
no tiene que invertir salud.

Por eso canto a quien no escucha,
a quien no dejan escucharme,
a quien ya nunca me escuchó:
al que su cotidiana lucha
me da razones para amarle:
a aquel que nadie le cantó.

Mi canción no es del cielo,
las estrellas, la luna,
porque a ti te la entrego,
que no tienes ninguna.

Mi canción no es tan sólo
de quien pueda escucharla,
porque a veces el sordo
lleva más para amarla.


Silvio Rodriguez (Canción de Navidad)