viernes, 20 de agosto de 2010

Un cadáver caletoso.

¿Hace falta pensar en el alguien para poder escribir algo? Algo podría encontrar en el fondillo del bolsillo.
Ofuscado lanzó los papeles que estaban sobre la mesa, gritando: ¡Esto es una mierda! La sentí en la suela de mi zapato, sentí hasta su suave tacto, perforó mi corazón. ¿Y ahora qué me queda por hacer? Me alejo, sigo mi camino, que termina siendo un paréntesis sin cerrar. Y cuando todo termina, no existe un lugar donde reposar el conocimiento del absurdo. Que más da, al final todo irá bien si aceptas tu mierda, pero es imposible aceptar la mierda sin que te quede un poquito de olor a ella.... ¿Pero qué más da?...
Muchas veces se preguntó lo mismo, y la respuesta seguía llevándole al bar.

sábado, 7 de agosto de 2010

Despeinando empeines




Para todos los que se sienten putrefashion, continuará..