Fuiste un arbol poderoso e intempestivo, pues
en pocos años subvertiste la frustración de latinoamérica en esperanza.
Tan repentinamente como llegaste, te fuiste. No sin antes propagar tus
semillas inmortales por todo un continente.
Aunque ya no esté con
nosotras tu mágica presencia, no podemos permitirnos echarte de menos,
porque eso sería admitir que las semillas que nos legaste no están
brotando regadas por nuestras lágrimas.
Pero sépalo bien, que no son
lágrimas de de tristeza, sino de esperanza y lucha.
PRIVILEGIO FLACO Y EL BODY SHAMING FEMINISTA
-
Magdalena Piñeyro
*La falta de perspectiva antigordofóbica en cierto sector del feminismo me
tuvo varios días con unas impetuosas ganas de quemar mi eti...
Hace 3 semanas