Bajo la silenciosa noche
descansa un ebrio y confuso mundo.
Sobre él, se aman dos corazones fríos,
aunque vehementes
(Y por qué no, también dementes).
A lo lejos, se percibe una forzada respiración precedida por la aparición de un nublado vaho en su frágil cuello de cristal. Es así como la niña de hielo condensa los suspiros fríos del niño helado en su triste boca. Y deja escapar su último aliento, susurrándole al oído:
-Bebo, trago y siento tu corazón vacío;
ahora, y para siempre eres mío.
Déjame, amor, sentir tu calor helado,
el ardor de tu corazón, y de tus labios morados
Fundiéndote en mí, niño, permanece aquí abrazado
el calor refrigerante adormeció tu vida a mi lado.
PRIVILEGIO FLACO Y EL BODY SHAMING FEMINISTA
-
Magdalena Piñeyro
*La falta de perspectiva antigordofóbica en cierto sector del feminismo me
tuvo varios días con unas impetuosas ganas de quemar mi eti...
Hace 1 día
0 le contestaron:
Publicar un comentario