Me duele estar sentada,
me duele respirar,
tener la oportunidad de dedicarme a ociosidades académicas
y no saber valorarlas.
Me revienta hablar de progreso científico,
de metodología
y de tanta porquería,
que es tan útil a la masacre.
Me estresa esta tranquilidad de lamentar la desgracia ajena.
Esta impotencia y esta indignación.
Y la maldita compasión lejana.
Me da asco llamar "desarrollado" a mi entorno.
El mismo que permite la barbarie con la cabeza gacha,
y en nombre del dinero.
¡Qué enfermedad ésta,
dar prioridad a las relaciones comerciales antes que las humanas!
Qué enferma me siento al ver que la costumbre me ha ganado,
que se vuelve normativa la desdicha,
que me dedico a lamentarme sobre un papel...
¿Qué me ocurre,
que sólo a través de las palabras puedo manifestar
-siempre manifestar-
mi malestar?
¿Acaso creo que ya no hay nada que yo pueda cambiar?
Sólo soy capaz de convertir mi frustración en poesía:
qué enfermedad...
Mayo 2022: el fin del mundo, la canción de Chanel y otras cosas
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Noam Chomsky sobre el fin de la humanidad 1.Noam Chomsky, persona fiable y
muy bien informada sobre la política americana, comenta en una entrevista
conced...
Hace 1 año
1 le contestaron:
Cuando se abraza una causa uno se dispone a no darse por vencido. La fidelidad a una causa aparece en incontables vidas a nuestro alrededor. Lo vemos por ejemplo en los voluntarios de hospitales, albergues para mujeres y en todos aquellos que deciden hacer bien las cosas.
La causa no tiene que ser grandiosa ni impresionar a las masas para ser digna de nuestra dedicación, ni que no haga una diferencia.
El reto para todos nosotros es encontrar nuestras propias causas, aquellas que representan un llamado claro y luego adoptarlas con toda la fuerza del corazón. y permaneciendo fieles a ese llamado marcarémos una diferencia.
P.D. Me gusta mucho como escribes ^^
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