sábado, 22 de mayo de 2010

Historia de un bolígrafo   ¿en primera persona?

Cierto día me escapé del bolso de una señorita de leyes. Que aburrido es todo en esas aulas abarrotadas de esponjas humanas. Cuan explotado me sentía haciendo líneas y más líneas que subrayan párrafos vacíos de vida, llenos de leyes del más común y desesperado de los sentidos. Fue por eso, que en cuanto tuve la oportunidad cuando dueña y señora se acercó a la yerba, en una complicada maniobra, salté de su bolso de Tous y me escondí entre las hojas.

Allí pase maravillosos días, entre el húmedo rocío, los sarantontones, las hormiguitas de culo rojo y los rayos del sol que a cada minuto amenazaban con dejarme maravillosamente inservible y manchado, relegado al mundo de lo prescindible para el humano, es decir, al mundo de la libertad. Esperaba con ansias el momento de mi desvalorización, todo lo que necesitaba era que el sol cooperara y me desangrara rápidamente. Eso siempre sería mucho mejor que la lenta tortura de ser rasgado a la que estoy destinado.

Cuando ya casi sentía que mi momento de liberación se acercaba (el sol quemaba más que nunca y yo estaba a punto de rebosar), sentí como unos pasos se acercaban. Para mi desgracia, tuve que caer en manos de una estudiante de filosofía, y aquí estoy, condenado a vaciarme en el sin sentido de la nada sustancial...

Ahora soy un bolígrafo maduro, he llegado a la mitad de mi vida útil y solo me queda esperar, a no ser que sufra mi esperado derrame o, con suerte, una sequedad congelatoria (y así podré ser libre sin estar vacío). De momento gasto mis días en un ruidoso ataúd de plástico en el que ni siquiera encuentro un hueco de acogedora oscuridad. Del ataúd de plástico paso al folio en blanco que me rasca el cerebro dejándome un intrínseca confusión que me impide tener voluntad propia. He asumido mi condición de herramienta manipulable por las manos de cierta voluntad lobotomizada, que a su vez también es una herramienta con fecha de caducidad.

Y no se si soy yo que pretendo contar mi vida, o si hay algo que pretende inventarme una vida.

4 le contestaron:

Elisa dijo...

Me encantó Sofi! Hacés unos cuentos geniales, pero eso ya lo sabías no?
Un beso!

Ananda dijo...

Gracias me alegro de que te gustara. Cuanto más me lo recuerdan más me lo creo :) jaja

Trent dijo...

Sigues así. En serio.

Ananda dijo...

Gracias Trent, viniendo de ti me hace mucha ilusión, intentaré seguir. Es raro pero cuando más me inspiro para escribir es cuando más estresada estoy con los exámenes.